Carta en la niebla La niebla tejía sus bordes en nuestra frente, como si el mundo dudara entre sí y no. Y allí, jus…
El Alpinista del Sentir A lo lejos la montaña se encendía, como si algo escalara su lomo de neblina. No era cuerp…
A la Vida, con el fervor de los sentidos Déjame descubrir tu piel, vida, como quien abre un libro sagrado con la…
Hay manos que no buscan aplausos, sino sed que calmar, hambre que aliviar, soledad que abrazar o lágrimas que s…
EL POEMA MAS HERMOSO, DE MARIO BENEDETTI. Aquí no hay viejos Solo, nos llegó la tarde: Una tarde cargada de experienci…

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